Diciembre es un mes cargado de simbolismo: el fin de un ciclo, el punto más oscuro antes de que la luz comience a retornar. Desde tradiciones paganas, celtas y lunares, este mes se convierte en una puerta entre lo viejo y lo nuevo. Cada día puede contener un pequeño ritual consciente, una palabra, una intención o una acción que nos conecte con la energía del momento.
En esta guía encontrarás el “qué”, el “por qué” y el “cómo” de cada día del mes: para que no solo marques la casilla, sino que sientas el movimiento interno, la magia y la transformación.
Día 1 (Lunes) – Soplar canela
Qué: Al comenzar el mes, sopla canela al entrar en tu casa o en tu habitación.
Por qué: La canela tradicionalmente simboliza protección, abundancia y apertura del canal de energía. El primer día marca la puerta del mes.
Cómo: Toma un puñado de canela en polvo o un palo de canela. Al entrar por la puerta, respira profundo, sostén la canela frente a ti, sopla hacia adentro y di una afirmación breve: “Estoy abierta a lo que este mes me trae”. Luego barre la canela suave hacia dentro y sácalo al exterior o deja que repose en un cuenco como ofrenda.
Día 2 (Martes) – Limpieza energética
Qué: Haz una limpieza de tu espacio físico o energético.
Por qué: Como el mes inicia, limpiar residuos del pasado ayuda a recibir lo nuevo con claridad. Tradicionalmente, el invierno acentúa lo que ya estaba latente.
Cómo: Puedes sahumar con plantas como salvia, romero o eucalipto. Camina por cada habitación con la planta o incienso, abriendo ventanas. Mientras lo haces, puedes decir algo como: “Suelta lo que ya no me sirve, abro espacio para lo que merece venir”.
Día 3 (Miércoles) – Dibuja un amuleto de Navidad o guirnalda de flores
Qué: Crea un símbolo visual concreto: un dibujo, una guirnalda de flores, o un adorno con intención.
Por qué: El hacer materializa la intención. Las flores o adornos conectan con la naturaleza que persiste bajo la nieve, con la vida perenne.
Cómo: Toma papel y lápiz o recoge flores secas. Dibuja un amuleto que represente lo que deseas atraer (ejemplo: paz, conexión, creatividad). Colócalo en un lugar visible o como parte de tu decoración navideña. Mientras lo haces, susurra tu intención.
Día 4 (Jueves) – Carga tus minerales
Qué: Limpia o recarga tus piedras o cristales.
Por qué: Los minerales funcionan como amplificadores de energía. En el contexto lunar y de invierno, recargar es tan importante como limpiar.
Cómo: Lleva tus minerales a la luz de la Luna o ponlos sobre una base de sal/hierbas. Puedes elegir “lavarlos” con agua (si el mineral lo permite) y luego dejarlos al aire libre o en tu ventana. Di algo como: “Que esta energía me sostenga en la transición”.
Día 5 (Viernes) – Luna Llena Fría (Súper Luna)
En este día se produce la luna llena simbólica del mes.
La luna llena de diciembre (también llamada Luna Fría) potencia visibilidad interior: lo oculto puede emerger, lo que pedimos no es tanto pedir sino ver.
Por la noche, sal o asómate a una ventana. Mira la luna, respira profundo, conecta con la sensación de plenitud y cierre. Puedes escribir en un diario lo que deseas agradecer del ciclo que se cierra. Luego apaga cualquier luz artificial, haz silencio, y absorbe el momento.
Día 6 (Sábado) – Bebida caliente ritualizada
Qué: Tómate un momento para una bebida caliente con intención.
Por qué: El invierno nos invita al abrigo, a lo interno. Ritualizar algo tan cotidiano ayuda a reconectar.
Cómo: Prepara un cacao, té o bebida especiada. Colócala en una taza especial. Sostén la taza, cierra los ojos y di: “Que esta calidez me recuerde que la luz existe incluso en la noche más larga”. Tómala despacio, disfrutando cada sorbo.
Día 7 (Domingo) – Paseo por la naturaleza
Qué: Sal al exterior aunque haga frío. Da un paseo consciente.
Por qué: El contacto con la naturaleza es fundamental para sintonizar con el ritmo del invierno, con el reposo, con el silencio.
Cómo: Ve a un parque, bosque o jardín. Camina sin prisa, observa los árboles, la tierra desnuda, el cielo. Haz unas respiraciones profundas. Recoge una ramita o una hoja como símbolo de tu conexión.
Día 8 (Lunes) – Dona en la iglesia o a personas que lo necesiten
Haz una donación, un acto generoso en estas fechas mucha gente necesita ayuda y acude a estos lugares a por ella.
En tiempos de cierre también se cultiva la expansión. Cuando batallamos internamente, dar al exterior libera.
Puedes donar ropa, alimentos, tu tiempo. Hazlo con intención clara: “Envió esto con gratitud y deseo de alivio”. Hazlo sin espera de retorno, sólo ofrenda consciente.
Día 9 (Martes) – Movimiento consciente
Qué: Activa tu cuerpo.
Por qué: Aunque el invierno invite al descanso, el movimiento mantiene el flujo de energía; conecta cuerpo-alma.
Cómo: Haz 20-30 minutos de caminata, baile, estiramientos o yoga. Hazlo con presencia: siente cada músculo, cada inhalación.
Día 10 (Miércoles) – Prepara tu vela de miel + Limpia tus minerales
Qué: Prepara una vela de miel para un ritual dulce; limpia además tus minerales.
Por qué: La miel representa dulzura, suavidad, endulzar caminos. Combinado con la limpieza interior y energética del mes.
Cómo: Consigue una vela natural, aplicas un poco de miel (si es seguro) o visualizas la miel sobre la vela. Enciéndela con una intención: “Endulzo mi año nuevo, suavizo lo que fue difícil”. Cuando la vela esté encendida, toma los minerales limpios y colócalos alrededor de la vela mientras se consuma (o apágala antes si prefieres seguridad).
Día 11 (Jueves) – Cuarto Menguante
Reconoce la fase lunar de cuarto menguante.
Después de la luna llena viene el descenso, el soltar, el dejar ir. Aprovecha la energía para liberar.
Observa la luna, piensa en aquello que quieres soltar este mes que no te sirve. Escribe una lista de “lo que dejo” y arrúgala o quémala con seguridad en un cuenco.
Día 12 (Viernes) – Poda energética y orden consciente
Qué: Realiza una limpieza física y emocional: ordenar, tirar, donar, hacer hueco.
Por qué: El espacio exterior refleja el interior; al limpiar lo que sobra abres lugar para lo que llega.
Cómo: Dedica tiempo a una zona de tu casa: armario, escritorio, cajón. Ordena, tira lo que ya está roto o no te representa, dona lo que no necesitas. Mientras lo haces, repite: “Hago espacio para lo que vibra con mi alma”.
Día 13 (Sábado) – Escritura consciente
Qué: Escribe una carta.
Por qué: La escritura es puente entre consciente e inconsciente. La carta puede ser de gratitud, de despedida o de intención.
Cómo: Toma una hoja, un bolígrafo bonito. Decide a quién (o a qué) escribes: puede ser a tu versión pasada, a un ser querido que ya no está, a tu futuro yo. Termina con “Lo dejo ir” o “Lo recibo”. Puedes guardarla o quemarla.
Día 14 (Domingo) – Apaga el móvil: pelis navideñas
Un día de desconexión digital y disfrute sencillo.
En un mes de estímulos, un respiro consciente ayuda a sentir.
Decide un bloque de tiempo (por ejemplo, tarde-noche). Apaga las notificaciones, deja el móvil en otra habitación, y elige una o dos películas navideñas. Haz palomitas, mantita, abrígate.
Día 15 (Lunes) – Ritual de gratitud y soltar
Qué: Rinde homenaje a lo que ha sido y suéltalo.
Por qué: En el ciclo lunar de este mes, después de ordenar y escribir, la gratitud abre espacios internos.
Cómo: Haz una lista de 5-10 cosas por las que estás agradecida este año. Luego, visualiza dejar ir aquello que ya no sirve. Puedes encender una vela o tomar un baño con flores.
Día 16 (Martes) – Manualidad para tu árbol
Qué: Crea un adorno para tu árbol navideño o espacio sagrado.
Por qué: El hacerlo es conectar con la esencia del árbol: vida que se mantiene, símbolo de esperanza.
Cómo: Usa materiales naturales: ramitas, piñas, hilo, semillas, trozos de tela. Crea algo manual con intención: “Este adorno representa la luz que llevo dentro”. Cuélgalo en el árbol o espacio.
Día 17 (Miércoles) – Ritual de Navidad
Qué: Un ritual simbólico que puede marcar el inicio de la temporada navideña para ti.
Por qué: Es una forma consciente de encender la vibración navideña, pero desde tu alma.
Cómo: Podrías encender una vela, poner música suave, abrir una ventana para que entre el aire nuevo. Haz un brindis con una bebida caliente diciendo: “Recibo esta luz, celebro este ciclo”.
Día 18 (Jueves) – Compra una plantita
Regálate una planta o cuida una ya existente.
Por qué: Las plantas verdes representan vida, persistencia, naturaleza que florece incluso en invierno. Conectan con lo perenne.
Ve a una tienda o jardín y elige una. Mientras la eliges, di: “Esta planta crecerá conmigo”. Llegada a casa, colócala en un lugar especial, y agradece la nueva compañera.
Día 19 (Viernes) – Ritual con sal
Haz un baño de sal o limpia un espacio con sal.
Por qué: La sal tiene poder de purificación y protección en muchas tradiciones. En el invierno, limpiar energías es vital antes de que llegue el renacer.
Cómo: Mezcla sal gruesa con agua tibia y unas gotas de aceite esencial o unas hierbas secas. Haz un pie-baño, o espolvorea sal en el borde de una habitación y barre hacia fuera al final. Mientras lo haces, di: “Limpio lo viejo, abro lo nuevo”.
Día 20 (Sábado) – Luna Nueva
Celebración o reconocimiento de la fase lunar de Luna Nueva.
Aunque la Luna Nueva simbolice inicio, en este mes de cierre también nos prepara para el nuevo ciclo.
Si el cielo lo permite, observa que la luna prácticamente no se vea. En silencio, escribe tres intenciones que deseas que crezcan con la nueva luz que vendrá. Guarda el papel en un cajón o colócalo bajo una planta.
Día 21 (Domingo) – Yule
Celebra Yule (solsticio de invierno).
Es el momento más simbólico del mes: el solsticio representa que la luz empieza a volver. En tradiciones paganas y celtas, es un renacer.
Cómo: Haz un ritual de luz: enciende una gran vela, comparte un brindis con bebida caliente, agradece a la naturaleza y la oscuridad por la pausa. Puedes hacer un círculo con piñas, ramas perennes y una vela en el centro.
Día 22 (Lunes) – Lluvia de Úrsidas / Vela de miel
Observa la lluvia de estrellas Úrsidas y acompáñala con un ritual con vela de miel.
Las Úrsidas son una lluvia de meteoros poco conocida, pero muy especial. Ocurren cerca del solsticio de invierno, como si el cielo también cerrara ciclo.
Mientras tanto, la vela de miel suaviza el camino y endulza lo que quedó tenso durante el año.
Cómo:
- Si puedes, sal al exterior esa noche. Mira al cielo con calma, aunque solo veas una estrella fugaz.
- Sostén un deseo profundo, pero no lo pidas: agradece como si ya estuviera en camino.
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Luego, enciende una vela de miel en casa.
Escribe en un papel qué parte de tu camino quieres suavizar (una relación, una emoción, una etapa).
Quema el papel con la llama o guárdalo bajo la vela.
Di: “Endulzo mi paso por la vida. Agradezco el viaje.”
Día 23 (Martes) – Potencia tu amuleto
Fortalece el amuleto que creaste el día 3 o el que uses.
Por qué: Una vez creado, hay que cargarlo, activarlo para que cumpla su función.
Cómo: Toma tu amuleto, sostenlo con ambas manos. Visualiza una luz dorada entrando en él. Di algo como: “Este objeto sostiene mi intención, mi luz, mi camino”. Luego colócalo en un lugar especial o llévalo contigo.
Día 24 (Miércoles) – Nochebuena
La víspera de Navidad como portal.
Es un momento de tránsito, de familia, de celebración, de conexión. Desde esta óptica mágica no se trata solo de fiesta, sino de presencia.
Dedica la noche a estar, a conectar. Apaga prisa. Haz una comida sencilla con gratitud. Antes de cenar, haz un silencio, da gracias y eleva una intención: “Que esta noche me reciba con paz”.
Día 25 (Jueves) – Navidad
Día de celebración navideña.
Más allá de lo externo, es un recordatorio de la luz que nace en nosotros, de lo que somos capaces de dar.
Haz algo significativo: una meditación breve, un abrazo consciente, una sonrisa prolongada. Haz que tu celebración tenga alma además de brillo.
Día 26 (Viernes) – Soledad consciente
Tiempo para ti.
Por qué: Después de la intensidad de los días anteriores, el alma necesita reposo. La soledad no es abandono, es cuidado.
Cómo: Reserva un par de horas para ti: una manta, bebida caliente, diario, silencio. Haz lo que tu alma pida. Agradece lo vivido y prepárate para el cierre del ciclo.
Día 27 (Sábado) – Cuarto Creciente
Reconoce la fase lunar del cuarto creciente.
Simboliza crecimiento, impulso, expansión. En este cierre de mes, ayuda a mirar lo que viene.
Observa la luna, haz un gesto de intención sencilla: “Que crezca lo que sembré”. Puedes plantar simbólicamente una semilla o poner un pequeño adorno verde.
Día 28 (Domingo) – Oráculo de Navidad
Consulta un oráculo, carta, tarot, runas… que hable de la energía navideña, del cierre de año.
Los arquetipos y símbolos se intensifican cuando los rituales se alinean con las estaciones y con el final del año.
Cómo: Saca una carta o runa. Interpreta lo que sale en el contexto del año que se va y el año que llega. Escribe unas frases en tu diario y coloca la carta en tu altar o espacio sagrado.
Día 29 (Lunes) – Mapa de Visión
Crea tu mapa visual/intencional para el próximo año.
Por qué: Tras la limpieza, el cierre y la pausa, viene la visión. Esta acción es puente.
Cómo: Coge una cartulina, recorta imágenes, palabras, pega fotos. Añade símbolos, colores. Mientras lo haces, di: “Esto es lo que quiero cultivar”. Colócalo en un lugar visible.
Día 30 (Martes) – Reflexión del año que se va
Qué: Haz un ejercicio profundo de revisión del año.
Por qué: Para avanzar con consciencia, es vital mirar atrás sin juicio, reconocer lo que fue y ver lo que se transformó.
Cómo: Escribe tu resumen del año: tres logros, tres desafíos, tres aprendizajes. Luego escribe tres deseos para el próximo. Guarda el papel o haz un pequeño ritual de cierre (quemarlo, guardarlo en un cofre, etc.).
Día 31 (Miércoles) – Noche Vieja / Cierre consciente
Cierra el ciclo del año con intención y gratitud.
Cada año es un ciclo de vida, y reconocer su final ayuda a recibir lo nuevo con plenitud.
Cómo: Este día puedes encender una vela blanca, hacer un brindis tranquilo, escribir una carta a tu “yo” del próximo año, prometer cuidarte. A medianoche respira profundo, despide el año que fue y recibe el que viene con el mantra: “Estoy lista”.
Este calendario no es un listado mecánico. Es una invitación a caminar mes a mes con presencia. Es darte permiso para sentir, soltar, crear, conectar. Y al final, cuando el nuevo año comience, llevarás contigo no solo un mes de rituales, sino un alma renovada, un espacio liberado y una visión clara.
Gracias por comprometerte contigo mism@, por respetar tu ciclo, por honrar lo que fue y lo que vendrá.